Educación para la salud (I)
Salud y enfermedad
La salud y la enfermedad son unos temas frecuentes en nuestras conversaciones. Sin embargo, y a pesar de la asiduidad con que usamos estos términos, pocas veces hemos reflexionado sobre su significado.“La salud es el estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedades” (OMS)
“El elemento esencial de la enfermedad no reside en la infección, sino en cualquier estímulo, interno o externo, que altere la resistencia y rompa el equilibrio interno” (Dubos)
Entendemos por salud física a la ausencia de enfermedad, síntomas y efectos adversos del tratamiento. Por salud psicológica a la percepción del individuo de su estado cognitivo y afectivo como el miedo, la ansiedad, la incomunicación, la pérdida de autoestima, la incertidumbre del futuro. Incluye creencias personales, espirituales y religiosas.
Y por salud sociocultural la entendemos como la percepción del individuo de las relaciones interpersonales y los roles sociales en la vida como la necesidad de apoyo familiar y social, el desarrollo académico y/o el desarrollo laboral.
La Historia nos muestra de qué manera ha ido cambiando la mentalidad respecto a la salud y las prácticas higiénicas de las diferentes culturas, desde la meticulosa limpieza personal, el almacenamiento de agua potable en aljibes y canales para aguas residuales desarrolladas por los egipcios; la atención que dedicaban los griegos al cuerpo en cuanto a higiene, alimentación y ejercicios se refiere; la construcción de acueductos para la conducción de agua potable a las ciudades, cloacas para evacuar los residuos líquidos y baños públicos que realizaron los romanos; el abandono de la higiene personal la acumulación excrementos y aguas residuales en las calles junto con las guerras y movimientos migratorios que sedieron en la Edad Media y que originaron grandes epidemias como la lepra o la peste bubónica, hasta llegar a la situación actual en la que nos encontramos (Salleras, 1985).
En la actualidad los problemas de salud son diferentes a los de la antigüedad, pero no tanto:
•Retroceso de las enfermedades infecto-contagiosas (sarampión, viruela, tifus…)
•Aumento de los desórdenes crónico-degenerativos (reumatismos, enfermedades cardiovasculares, tumores…)
•Alcoholismo, tabaquismo, drogodependencias, diabetes, obesidad, procesos reumáticos, enfermedades mentales…
La curación rápida de las dolencias cotidianas y comunes (dolores de cabeza, menstruales, etc.), la sofisticación en el tratamiento de las enfermedades, la atracción por la alta tecnología, y la convicción de que la ciencia, los médicos y los hospitales lo curan todo ha supuesto que hayamos trasladado la responsabilidad que cada uno tenemos de nuestro propio cuerpo al sistema sanitario o la Administración Pública. En la actualidad, los problemas de salud suponen un alto coste económico para la comunidad. El mantenimiento de la investigación médica, la aplicación de sofisticada tecnología y la mejora de los servicios asistenciales han hecho que los gobiernos acrecienten los presupuestos asignados a la Sanidad hasta llegar a niveles prácticamente insostenibles. De ellos, el mayor porcentaje se destina a la creación y mantenimiento de hospitales, en lugar de dedicarlos a evitar las causas que originan las enfermedades.
Las causas principales que pueden hacer que perdamos la salud son la siguientes:
Pero esto se puede remediar, por ello, como hemos visto anteriormente, la Educación para la Salud dentro del ámbito escolar, y entendida como medida educativa, es una línea fundamental de actuación para promover la salud en todos sus aspectos. En este contexto, el maestro es el agente fundamental en la Educación para la Salud en la Escuela, pues aunque en los primero años toda la responsabilidad de la educación del niño recae sobre los padres, a partir de su entrada en el colegio o en las Escuelas Infantiles, esta responsabilidad pasa a ser compartida con los profesores
Para poder abordar qué aspectos habría que tratar para poder vivir sanos en niños con edades comprendidas entre 0 y 6 años, debemos hacer una distinción entre dos periodos bien diferenciados de crecimiento y desarrollo intelectual infantil:
- De 0 a 2 años: Los cuidados entre los 0 y 2 años de edad (estadio sensoriomotor (Piaget)), son decisivos para el correcto crecimiento y desarrollo posterior de cada individuo y repercuten ineludiblemente en el estado de salud durante el resto de la vida. La aplicación de medidas preventivas frente a enfermedades y lesiones, la detección precoz de alteraciones y trastornos, la atención correctora rápida y adecuada y la adopción de las primeras pautas destinadas a la creación de hábitos saludables perdurables permitirán a cada individuo alcanzar un nivel óptimo de salud y calidad de vida.
- De 2 a 5 años: En el periodo de tiempo comprendido entre los 2 y 5 años de edad (estadio preoperatorio 2‐7 años (Piaget)), el niño o la niña completa su desarrollo psicomotor y emocional, logra tener una gran autonomía y realiza por sí solo muchas actividades. Durante la primera infancia cabe destacar la capacidad de aprendizaje, por imitación, y la apertura a la recepción de influencias que modelarán el carácter. Por tanto, esta etapa debe ser aprovechada para inculcar hábitos correctos de salud. Las conductas, actitudes y habilidades que adquiere el niño o niña durante esta fase de crecimiento serán decisivas para su desarrollo físico, psicomotor, emocional e intelectual.
Desde el punto de vista de la higiene habría que tener en cuenta ciertos aspectos con niños pequeños:
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